Será declarado mártir un misionero argentino asesinado por indígenas
El Papa aprobó el decreto que reconoce el "martirio" de Pedro Ortiz de Zárate -el primer argentino-, que murió junto a un jesuita italiano y 18 laicos indígenas a manos de aborígenes cuando evangelizaba entre los tobas, mocovíes y mataguayos en 1863.
El papa Francisco firmó hoy el decreto por el que se reconoce el "martirio" del argentino Pedro Ortiz de Zárate y el jesuita italiano Juan Antonio Solinas, que fueron asesinados por los indígenas cuando realizaban su labor misionera entre los pueblos Tobas, Mocovíes y Mataguayos en 1683, y por tanto serán proclamados beatos.
El primero nació en San Salvador de Jujuy, en el noroeste de la actual Argentina, provenía de una familia de conquistadores españoles y fue padre de dos hijos, y tras enviudar se hizo sacerdote, mientras que el segundo era un jesuita nacido en la isla de Cerdeña, en Italia, que fue enviado a las misiones a América.
Se les conoce como los "mártires del Zenta" y junto a ellos murieron 18 laicos, casi todos indígenas, que habían acudido a una zona a evangelizar a las poblaciones originarias.
Según los escritos de la época, los hechos sucedieron el 27 de octubre de 1683 en la zona en la que actualmente se encuentra la ciudad de San Ramón de la Nueva Orán, en Salta, y se trataría así de los primeros beatos mártires reconocidos en territorio argentino.
El camino para ser proclamado santo tiene varias etapas: la primera es ser declarado venerable siervo de Dios, la segunda beato y la tercera santo.
Venerable Siervo de Dios es el título que se da a una persona muerta a la que se reconoce "haber vivido las virtudes de manera heroica".
Para que un venerable sea beatificado es necesario que se haya producido un milagro debido a su intercesión y para que sea canonizado o proclamado santo, se precisa un segundo milagro obrado por su intercesión.
Sin embargo, con el reconocimiento de "mártir" por el odio a la fe no es necesario el reconocimiento de un milagro para ser declarado beato.
La labor de Ortiz de Zárate
Don Pedro Ortiz de Zárate fue tres veces alcalde de la ciudad de San Salvador de Jujuy. Habiendo enviudado, dejó a un lado su destacada vida civil y comenzó a formarse como sacerdote, dedicándose durante 24 años a la actividad evangelizadora.
El presbítero recorrió el territorio de las provincias de Jujuy y de Salta, hasta que encontró la muerte junto con el sacerdote jesuita Juan Antonio Solinas y 18 compañeros laicos, mientras realizaban su labor misionera entre tobas, mocovíes y mataguayos.
El legado de Ortiz de Zárate está fuertemente vinculado a la devoción mariana por Nuestra Señora del Rosario, a la que construyó la actual capilla del santuario de Nuestra Señora del Rosario de Río Blanco y Paypaya.